Cornudo por tercera vez (II)


- Él se llama Fernando, pero yo decía tu nombre y me preguntó por qué lo llamaba así. Entonces le dije que eras mi novio cornudo y disfrutabas cuando follaba con otros. Que era libre para hacerlo porque me amabas. Y se sorprendió y me dijo que cuando yo quisiera él se ofrecía de nuevo para hacerte cornudo. Y eso me encantó, jajajaja.
- Te amo
- No sabes cuánto disfruto al follar y mantenerte en castidad. Y saber que eres mío. Mi cornudo sumiso e impotente. No sabes lo mucho que disfruto al follar y tenerte en mi mente vestido con tus bragas de puta zorra. Me gusta mucho hacerlo, amor. Me excito mucho más. Me gusta nombrarte mientras me follan. Decir tu nombre mientras follo con otro.
- Gracias por hacerme de nuevo cornudo, amor mío.
- Te amor, cornudo mío.
- Y yo. Y cuanto más me dominas, humillas y haces cornudo más te amo.

Era la tercera vez que me hacías cornudo y no había podido asistir a ninguna de mi puesta de cuernos porque vivimos en lugares alejados y no puedo estar a tu lado. Pero me lo cuentas todo. Aunque de pronto paraste de contarme tu nueva follada y me dijiste que borrara de inmediato algunas amas que tenía en mi perfil de Facebbok. Y cuando te pregunté por qué, me respondiste tajante que me limitara a obedecer.


-Asi que shhhhhhhhh… Acata las órdenes sin cuestionar cornudo. Y ahora dime en voz alta que me amas.
- Te amo
- Otra vez.
- Te amo
- Otra vez
- Te amo.
- También te amo cornudo. ¡Y mucho!

Y te fuiste a dormir dejándome sin poder decirte cuánto te amo, que te quiero, que quiero ser tuyo y que mi vida entera depende de ti pues vivo entregado a ti. Porque eres una mujer extraordinaria. Inteligente, segura de ti misma, con personalidad, elegante y lúcida. Y hasta en la forma de decirme que me has puesto los cuernos eres estricta, pero cariñosa.

Sin estridencias. Con naturalidad; con esa naturalidad con la que haces que te obedezcan porque sabes que has nacido para dominar y nadie jamás osa rebelarse. Joder, es que me tienes sorprendido. Maravillado. Idiota. Gilipollas. No dejo de pensar en ti, en tu forma de ser, en todo....y me vuelvo loco de amor por ti.


Porque ese es el equilibrio natural de las cosas y de la vida: Que tú mandes y yo obedezca. De forma natural. Como debe de ser, como está en nuestra naturaleza. Es de justicia que así sea y yo soy feliz de que al final la naturaleza haya seguido su curso y nos haya llevado a donde estamos; a que yo sea tu sumiso enamorado y tu mi ama caprichosa.

Y le doy gracias Dios por ello. Por habernos creado a los dos como somos y como estamos. Porque te amo más allá del bien y del mal; te quiero con toda mi alma y me faltan segundos del día para seguir amándote. Quisiera que el día tuviera 25 horas para poder amarte una hora más; quisiera que el reloj se parase para poder amarte eternamente sin que nos importe el tiempo; quisiera poder ser la tela de la que están hechas tus braguitas para poder estar todo el día contigo, pegado a ti, para sentirte muy cerca de mí. Para estar en ti.

Te amo más allá de toda razón porque mi amor por ti está por encima de toda norma social o legal. Mi entrega es absoluta y lo único que siento es que no vivamos en la antigua Grecia para que pudiera ser tu esclavo de verdad y que tú tuvieras titulo legal de propiedad sobre mí. Porque el no poder ser su esclavo legal me produce una tristeza infinita.
Te quiero, amor mío.
Tu cornudo sumiso que te ama.
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